La novedosa pericia que permitió esclarecer este año más de 530 casos policiales en la Ciudad

Para resolver un crimen se lleva adelante un silencioso trabajo de investigación en el que intervienen muchas personas. Una de esas patas claves es la Policía Científica. En la Ciudad de Buenos Aires, el relevamiento de huellas digitales y sus poros contribuyó al esclarecimiento de más de 530 delitos en 2025 por parte de la Policía de la Ciudad.

La identificación de personas por sus huellas dactilares (papiloscopía) y el estudio de los poros de esos rastros (poroscopía) tuvieron un rol fundamental.

La Superintendencia de Policía Científica de la Ciudad es el área encargada de realizar estas tareas, que permitieron resolver todo tipo de delitos mediante la identificación de huellas digitales encontradas en diferentes escenas del crimen.

Algunos de los casos fueron el robo a la casa de la modelo Carolina “Pampita” Ardohain en Barrio Parque, la masacre familiar de Villa Crespo, el asesinato de un jubilado en Parque Chacabuco con la intervención de una entregadora, el narco que cayó por una huella en una lata y un hombre que atacaba supermercados chinos y dejó un rastro en un paquete de bizcochos Don Satur.

Según un informe oficial, al que accedió Clarín, la eficiencia de las pericias aumentó desde octubre del año pasado, cuando la Policía de la Ciudad se convirtió en la primera fuerza de seguridad de la Argentina en aplicar la disciplina de la poroscopía, apreciada como la cuarta rama de papiloscopía.

La papiloscopía es una ciencia esencial de la criminalística, basada en principios científicos comprobados, que tiene por objeto establecer categórica e indubitablemente la identidad física humana por medio de la impresión de la tercera falange digital (dactiloscopía), de la cara interna de manos (palametoscopía) y de la planta de los pies (pelmatoscopía).

La poroscopía observa, como cuarta rama de la papiloscopía, los poros de la piel de las crestas de las huellas dactilares para identificar a un individuo. Se lleva a cabo a través de un estudio microscópico medido en micrones, que es la millonésima parte de un metro.

Antes de la incorporación de esta pericia forense, los parámetros de la Policía de la Ciudad eran la existencia de 12 puntos característicos en una huella digital para que la identificación fuera aceptada como categórica.

Con la poroscopía, que se conoce desde hace décadas en otras partes del mundo, hay tres ventajas adicionales. La principal es que sólo con tres puntos característicos de la huella y la observación de 40 poros de sus crestas se puede establecer identidad rigurosamente.

Además, determina la originalidad de los rastros o de una impresión dactilar; es decir que puede diferenciar si se trata de rastros reales o falsificados.

También permite determinar si el rastro fue impreso antes o después de la muerte de una persona, debido a que los poros se van cerrando después del fallecimiento y eso demuestra el deceso. Esto ayuda a detectar falsificaciones de las huellas dactilares.

Los estudios de poroscopía son complementarios de las pruebas de papiloscopía, pero pueden ser determinantes en los casos en los que los rastros tomados en las escenas del crimen sean incompletos.

Para que un rastro sea apto, es necesario que la muestra tenga integridad y nitidez.

Todo el proceso es cotejado con el sistema AFIS, conformado por tecnología informática que guarda huellas dactilares para identificar a las personas a través de mecanismos de búsqueda y comparación.

La Superintendencia de Policía Científica la Ciudad fue creada en abril de 2017 y cuenta con una dotación profesional de 500 personas, la gran mayoría de ellos peritos. Está a cargo del comisario general Esteban Henaín Gari.

Su objetivo es investigar científicamente los delitos sobre la base de la definición de la criminalística, que es una ciencia basada en principios comprobados para establecer quién, cómo cuándo y dónde se ha perpetrado un delito.

El robo en la casa de “Pampita”

El viernes 19 de septiembre, mientras “Pampita” estaba en un viaje de trabajo en Madrid, un grupo de ladrones entró a su casa de Juez Tedín al 2900, en Barrio Parque.

La Volkswagen Suran utilizada en el robo a "Pampita" Ardohain: cuando cargaban la caja fuerte y el lugar donde la descartaron, en México y Salta.La Volkswagen Suran utilizada en el robo a “Pampita” Ardohain: cuando cargaban la caja fuerte y el lugar donde la descartaron, en México y Salta.

Llegaron en una Volkswagen Suran azul -con patente adulterada-, un Fiat Cronos gris y un Fiat Cronos negro. La mayoría entró por los fondos, donde se encuentran las vías del tren.

Por el robo detuvieron a nueve sospechosos, siete de ellos chilenos.

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Carteras de lujo, joyas y lentes de sol: los objetos de Pampita que se encontraron al detener a la banda que robó en su casa de Barrio Parque.

La Policía Científica de la Ciudad detectó rastros de dos de ellos en los dos vehículos secuestrados en la causa.

En la Suran, donde los asaltantes se llevaron una caja fuerte de la casa, se hallaron dos huellas de uno de los detenidos, de nacionalidad colombiana.

Además, en un Fiat Cronos, los rastros de otro de los imputados, de nacionalidad venezolana, fueron levantados de frasco de perfume. Estas pericias le dan valor probatorio a los arrestos.

Uno de los detenidos por el robo a "Pampita". FOTO: Francisco Loureiro.Uno de los detenidos por el robo a “Pampita”. FOTO: Francisco Loureiro.

El narco que dejó su huella en una lata

La huella de un dedo anular izquierdo detectada en junio de 2023 en la base de una lata metálica determinó la identificación de un narco colombiano reincidente que había intentado enviar cocaína a España a través de una encomienda por vía aérea.

La Policía de la Ciudad detuvo al sospechoso, de 40 años, tras allanar un departamento y un garaje en el barrio de Balvanera.

El narco colombiano que cayó por una huella en una lata.El narco colombiano que cayó por una huella en una lata.

El narco había despachado cocaína desde una sucursal del Correo Argentino en Villa Lugano con destino a Madrid. La carga iba a salir en un vuelo de Air Europa.

La Policía Científica halló la huella en la superficie de una lata que estaba dentro de la encomienda y se comprobó la identidad del delincuente.

El paquete de bizcochos Don Satur

Un joven de 21 años fue detenido acusado de cometer ataques con bombas de humo contra supermercados chinos. Las huellas de los dedos pulgar y medio derechos que lo delataron estaban en un paquete de bizcochos Don Satur encontrado en un mercado de San Cristóbal.

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Se trata de un hombre que trabajaba en un supermercado y a la vez atacaba a comercios de la zona con granadas de humo.

El sospechoso trabajaba como repositor y, a la vez, atacaba a otros comercios de San Cristóbal y Parque Patricios con granadas de humo.

Por una huella en un paquete de galletitas detienen a un sospechoso de atacar supermercados.Por una huella en un paquete de galletitas detienen a un sospechoso de atacar supermercados.

Mediante el análisis de imágenes, se comprobó que el autor del hecho había sido un hombre que utilizaba un casco de motociclista y que, antes de dejar la granada, había tomado contacto con otros elementos del lugar, entre ellos un paquete de bizcochos, que fue incautado para ser sometido a pericias y permitió el esclarecimiento del caso.

Una de las granadas de humo utilizadas por el atacante.Una de las granadas de humo utilizadas por el atacante.

La banda de las Toyota 4×4

Un delincuente que escapaba en una camioneta robada atropelló y mató a un repartidor de 26 años que viajaba en su moto. Fue detenido por la Policía de la Ciudad en el barrio de Palermo tras chocar a varios autos estacionados, en la esquina de Niceto Vega y Godoy Cruz.

Peritos de Científica levantaron una serie de rastros en el vehículo que permitió determinar la existencia de varios diseños dactilares y un palmar aptos.

Un delincuente de 34 años que había robado una Toyota Hilux atropelló y mató a un repartidor de 26 años.Un delincuente de 34 años que había robado una Toyota Hilux atropelló y mató a un repartidor de 26 años.

Al ser cotejados, dieron positivo para un hombre de 34 años con varios antecedentes por el mismo delito.

Tras la labor pericial, se encontró que la información genética coincidía con la obtenida en otros dos hechos de “hurto agravado de vehículo en la vía pública”.

Un delincuente de 34 años que había robado una Toyota Hilux atropelló y mató a un repartidor de 26 años.Un delincuente de 34 años que había robado una Toyota Hilux atropelló y mató a un repartidor de 26 años.

Así se determinó que el imputado integraba la “Banda de las Toyota”, que robaba camionetas para luego “enfriarlas” en localidades bonaerenses. De hecho, las otras dos pick ups fueron halladas en José C. Paz y Martínez.

La empleada “entregadora”

Un jubilado de 79 años murió tras ser asaltado por dos ladrones en su casa de Parque Chacabuco. Ocurrió en mayo de este año y para su resolución fue clave la pericia papiloscópica, que permitió identificar a los ladrones luego del levantamiento de rastros en la escena del crimen, en especial a uno de ellos.

La escena del crimen, en Parque Chacabuco.La escena del crimen, en Parque Chacabuco.

El seguimiento de este sospechoso permitió su detención en el Partido de la Costa.

La investigación pudo determinar que tenía un parentesco con la mujer que cuidaba al jubilado español Mario Villanueva Moure, convirtiéndola en cómplice y entregadora, cuando en un principio había simulado ser víctima del ataque.

Un detenido por el crimen de un jubilado español en Parque Chacabuco.Un detenido por el crimen de un jubilado español en Parque Chacabuco.

La masacre familiar de Villa Crespo

Un triple homicidio seguido de suicidio ocurrido en mayo de este año en un departamento del sexto piso de Aguirre 295, en el barrio de Villa Crespo, fue esclarecido rápidamente a partir de las pericias realizadas por el equipo forense de la Policía Científica.

De la escena de los crímenes, donde se hallaron los cuerpos de un hombre, una mujer y dos niños, se pudieron levantar varios “diseños papilares visibles por impregnación de sangre” aptos para establecer identidad, aunque en este caso fue determinante el análisis sobre dos cuchillos encontrados en el lugar.

Laura Fernanda Leguizamón, sus hijos Ian e Ivo y su marido, Bernardo Adrián Seltzer.Laura Fernanda Leguizamón, sus hijos Ian e Ivo y su marido, Bernardo Adrián Seltzer.

Tras las pericias, se confirmó que, además de haber sido las armas utilizadas para el ataque, habían sido manipuladas únicamente por la mujer: en ambos cuchillos se hallaron rastros palmares de su mano izquierda.

Según la investigación, Laura Leguizamón (50) mató a su marido Bernardo Adrián Seltzer (53) y a sus hijos Ian (15) e Ivo (12). Luego se apuñaló a sí misma en el corazón: murió sentada en el bidet.

La masacre de Villa Crespo

Fuente: www.clarin.com

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